Por
Omar Nelson Livigni
LA
HORA DE LOS INTENDENTES EN RÍO NEGRO
El
decidido protagonismo, el ejercicio práctico de la representatividad, la fuerza
política derivada del poder territorial y el contacto directo con vecinos y
lugareños convirtieron a los jefes municipales en la verdadera correa de
transmisión que posibilitó la sumatoria de voluntades, entre ellas las decisivas procedentes de un sector parlamentario
del Frente para La Victoria (FpV), para que se haya decidido favorablemente la
aprobación del proyecto oficial denominado Plan Edgardo Castello.
Se
consagró de esa manera un importante triunfo político del oficialismo de Juntos
Somos Rio Negro (JSRN) -generando al
mismo tiempo una complicada situación interna en el FpV, especialmente en el
justicialismo- cuyas consecuencias comenzarán a apreciarse en los próximos
días, pero que resultan a priori impredecibles.
La
realidad es inquietante y está a la vista: un número muy sustantivo de intendentes y
legisladores de la oposición hicieron
causa común con la iniciativa del oficialismo del gobernador Alberto
Weretilneck y desoyeron o no acataron la línea opositora a ese proyecto
reiteradamente marcada por el presidente del PJ, Martín Soria.
No es
aventurado afirmar que es la primera vez en la joven historia de la provincia
que la influencia de los intendentes sobre el gobierno y los legisladores haya
sido tan contundente para incidir en un proyecto legislativo que tiene como trasfondo la necesidad de obtener un crédito externo de más de 500 millones de
dólares para realizar obra pública, aunque sí se reconocen algunos episodios
muchos más puntuales que excepcionalmente han tenido identidad y después
importantes consecuencias institucionales.
Seguramente
con esta referencia surgen rápidamente a la memoria de los comprovincianos la
imagen de Julio Dante Salto, aquel médico militar, intendente de Cipolletti,
líder del famoso “Cipollettazo”, oportunidad en que pueblo de la localidad
valletana salió a la calle a defender su continuidad en el cargo, después del
infructuoso intento de relevarlo por parte del ex gobernador Figueroa Bunge,
quien duró apenas treinta días en el cargo.
De la identificación con el “saltismo” surgieron otras organizaciones
partidarias como el Movimiento
Patagónico Popular, que tuvo entre sus militantes al actual gobernador Alberto
Weretilneck, ocho años intendente de
Cipolletti.
Coincidentemente
el reemplazante de Figueroa Bunge fue el general Roberto V. Requeijo, quien
fundó el ex Partido Provincial Rionegrino (PPR), sumando a un conjunto de
intendentes de prestigio entre ellos
Ángel Arias de Viedma, Celso Rubén Breciano de San Antonio Oeste, Elías Chucair
de Jacobacci, César Barbeito -padre- en El Bolsón y otros dirigente como Pablo
Fermín Oreja y Juan Carlos Suárez. Éste último había sido colaborador del ex
gobernador Ismael Amit y participado de la fuerza federalista que inspiró ese
mandatario, el Movimiento Popular Pampeano.
Mientras
tanto las expresiones municipalistas y/o federalistas, se fueron generando con
el tiempo. En distintos sectores de la provincia, el desencanto con los
partidos tradicionales vino provocando éxodos incesantes de sus estructuras y
se multiplicaron asociaciones y grupos vecinales con aspiraciones de
participar, que en algunos casos fructificaron
en partidos formales. Un ejemplo fue el fundado por Alberto Icare, en
San Carlos de Bariloche (Partido SUR), que se sumó a la UCR y fue gobierno en
tres oportunidades.
También
en Cipolletti funciona hoy un partido vecinal que responde al actual secretario
de Trabajo, Lucas Pica y en Viedma en
los últimos años, un ex intendente, Aldo Martínez, le dio forma jurídica y fue
reconocido por la justicia electoral otro partido vecinal que finalmente nunca
participó en ningún desafío electoral, pero que un principio fue pensado para
llevar una eventual candidatura a intendente del ex vicegobernador Mario De
Rege.
Salvo
excepciones, la mayoría de este tipo de este tipo de entidades existentes a
lo largo y ancho de la provincia apoyaron a Weretilneck
en las elecciones del 2015 -como el caso de Gustavo Gennusso- actual intendente
de Bariloche, que luego se incorporaron
a juntos Somos Río Negro o de Aníbal Tortoriello, que tras una breve adhesión a la CC/ARI se sumó
al PRO.
Sobre
estos temas, que de alguna manera se
vinculan con lo que sucedió en la legislatura el 24 de mayo donde la influencia
de los intendentes jugó un papel decisivo, hay que tener en cuenta la
estrategia del gobernador Weretilneck de
recorrer en forma permanente la provincia y establecer contacto directo con los
comprovincianos y especialmente con los intendentes.
Donde
nunca había llegado un gobernador, o su visita databa de años, allí estuvo
varias veces en los últimos años el gobernador, conjugando acciones, marcando
una diferencia de trato y cercanía con
los poderes locales y los pobladores
fácilmente perceptible, gestos que valoran mucho los hombres y mujeres del
interior rionegrino. “Menos -según explica un alto funcionario-, los teóricos
sin un solo voto de los tanto que hay en Río Negro”.
Y
especialmente, la presencia del mandatario y su comitiva en las inauguraciones,
en los aniversarios o en las fechas patrias. Toda esa liturgia simple y
efectiva no fue comprendida por muchos políticos pero le granjearon simpatías y
adhesiones, y un trato informal y fluido con los jefes comunales, más
correspondidos por el gobernador que por los propios dirigentes partidarios a
las que formalmente pertenecen.
Algo
tiene que haber sucedido para que intendentes como Marcos Pérez, de Maquinchao,
Héctor Hermosilla de Comallo, hayan abandonado al radicalismo para ir a Juntos Somos Río Negro. O que la
intendente de Los Menucos, Mabel Yahuar
y su hermana la legisladora Soraya, sigan
en el viejo partido, pero se hayan
convertido en firmes aliadas del
gobernador Weretilneck, sin contar que hay intendentes peronistas que están más
cerca de la Casa de Gobierno en Viedma, que
de donde funcionan sus máximas
autoridades partidarias.
A este
clima hay que sumarle el resultado de los planes del gobierno y el atractivo de
las obras y la atención de los hechos reivindicativos incumplidos que vienen
de años, en pueblos, ciudades y regiones incluidas hoy en el Plan Castello,
para llegar a la conclusión de por qué los intendentes, por sobre cualquier
etiquetamiento político, fueron los principales promotores e intercedieron ante
los legisladores de sus respectivos circuitos, para obtener
el voto favorable y otorgarle
definitiva viabilidad al proyecto oficial que lleva el nombre del primer
gobernador constitucional de Río Negro y que ya es ley.
Y ello
sin dejar de reconocer que el proyecto también tiene sus flancos débiles,
susceptibles a planteos críticos, por lo que hubo que luchar mucho para quitar
obras y sumar otras, venciendo
resistencias y logrando consensos. Pero hay que preguntarse si se sobrestima la
habilidad y la visión política de Weretilneck y sus asesores, ¿o es que la
oposición ha cometido el pecado mortal de subestimar a un rival de cuidado que
no perdona los errores de apreciación y sabe golpear justo y donde duele?
Se
tiene la sensación que la oposición va siempre detrás, tanto de los recordados
contratos petroleros, como las relaciones de Weretilneck con el presidente
Macri y el privilegio que le otorga el jefe del Estado como uno de sus elegidos
acompañantes en los vuelos a España primero y a China después, con la planta
electro nuclear para Río Negro, y ahora con el endeudamiento externo que se
viene y seguramente se conseguirá.
El caso
más contundente de que la oposición ha perdido la iniciativa y es víctima
permanente de otra operación sorpresa, son los seis votos de los legisladores
del FpV que decidieron cruzar el Rubicón y responder así al mandato de su
gente, quebrando la voluntad mayoritaria de su bloque y las pautas señaladas por la cúpula del PJ, hecho del que
se tuvo noticia fehaciente la misma noche anterior a la votación en el recinto.
Un
resultado que sorprendió a muchos, pero no a quienes siguen muy de cerca la
actividad política, ámbito donde era un secreto a voces que el gobierno tenía
los votos asegurados para su aprobación, casi al mismo tiempo de la
presentación del Plan Castello en el Salón Gris del palacio gubernamental.
En
síntesis esa fue la estrategia del oficialismo rionegrino, coincidente con los
ejes del partido provincial que los representa, priorizando la realización de
obras con nombre propio, más allá de
cuestiones de tipo ideológico o las necesidades tácticas de replicar
aquí el rol de opositores a los gobiernos provincial y nacional, sobre todo en
épocas como las actuales donde escasean los recursos y falta trabajo.
Los
jefes comunales están viviendo tal vez su hora de mayor relieve político e
institucional, y están en el centro de la escena, defendiendo su rol, muchas
veces indebidamente valorado, y su participación en los grandes temas
provinciales.
Castello,
una figura de los rionegrinos
El
legislador del FpV, Luis Albrieu, dejó sentir su disconformidad porque el Plan
de desarrollo del gobierno se hubiera denominado Edgardo Castello, por entender
que el mandatario fue un hombre de partido, es decir, de la
ex UCRI, que llevó a la presidencia de la Nación al Dr. Arturo Frondizi, con la
proscripción del peronismo.
Causó
sorpresa la referencia crítica, porque si hay alguna cuestión sobre la que hay
unanimidad en Río Negro es la obra del
primer gobierno constitucional, como la organización de la provincia y el
trabajo cumplido en menos de cuatro años de gobierno, entre 1958 y 1962. Y la
planificación de las grandes obras para
el desarrollo.
Por su
legado, acerca de la integración provincial, y el desarrollo armónico de las
regiones, sin hegemonías y en un marco de equilibrio geopolítico, Castello ya
dejo de ser un dirigente perteneciente a una bandería partidaria, o a un
sector, sino que es un patriarca, con un legado que es hoy patrimonio de todos los rionegrinos.
Marinao
se jugó por la Línea Sur
Alejandro
Marinao es legislador del FpV, pero
también es el presidente del bloque parlamentario de ese frente político
constituido por el PJ en alianza con el Frente Grande. Ha venido cumpliendo una
prolija y eficiente labor en sus funciones, tarea que no es fácil de llevar
adelanten en una bancada como esa de
tantas líneas cruzadas y distintos pareceres.
Marinao
siempre adscribió al sector que responde al senador Miguel Pichetto y no lo
oculta, con quien se reúne frecuentemente y conversa sobre la situación
política de la provincia.
Pero en
la hora de las definiciones en la legislatura
votó a favor del Plan Castello otorgando prioridad a las necesidades de
cambio y desarrollo de la región centro-sur.
Así lo dijo en su discurso y con la tranquilidad del deber cumplido.
Además sabe muy bien que ese gesto colisiona con la posición de la mayoría del bloque y el
criterio de la jefatura partidaria. Pero sobre todo se jugó por las necesidades aún insatisfechas
de su gente.
Como
buen maestro de escuela, dejó planteado un ejemplo, para que sea justipreciado
como corresponde en aquellos pagos.
Buenas
señales del legislador Arroyo
En las
vísperas del 24 de mayo último, había muchas expectativas sobre el paradero del
legislador de Juntos Somos Río Negro, Ricardo Arroyo, al parecer distanciado de
algún sector del gobierno provincial que lo mantuvo ausente de esta capital y
distantes de sus propios pares legislativos.
La
pregunta que se formulaban propios y extraños estaba referida a si Arroyo
ocuparía o no su banca en la legislatura durante la jornada del tratamiento del
Plan Castello. Develado el misterio, Arroyo cumplió con su obligación
parlamentaria, adhirió al proyecto oficial y se dio el lujo de envía en su
discurso, un mensaje unívoco a su principal destinatario: “Yo estoy estaré
siempre con Alberto Weretilneck”.
Sabbatella
rumbo a las PASO
Si
había dudas las disipó. Mario Sabbatella ya lanzó la fórmula para participar de
las PASO en el FpV, desafiando a María Emilia Soria, la candidata del
oficialismo partidario del PJ. Adelantó que será acompañado por una conocida
dirigente de San Carlos de Bariloche, como es la médica terapista Andrea
Galaverna.
Se
trata de una profesional vastamente conocida en la ciudad de los lagos y que se
desempeñó como Defensora del Pueblo en el ámbito de la municipalidad de
Bariloche. También se inscribió como aspirante a Defensora del Pueblo de la
Provincia. La fórmula
Sabbatella-Galaverna se suma a la
de Rubén Alí Yahuar, que ya dio a conocer el ex intendente de Los Menucos, a
quien lo acompañará la justicialista viedmense, Silvia Alan.
Pichetto
y el Pacto de la Moncloa
El
senador nacional Miguel Pichetto ha vuelto a estar en los lugares de privilegio
de los medios nacionales de difusión por su charla en la cámara alta del
parlamento nacional en compañía del dirigente radical Ernesto Sanz sobre el Pacto de la Moncloa, puesto en
marcha por los partidos políticos españoles después de la muerte del dictador
Francisco Franco y que facilitó la transición hacia la vigencia de la
democracia con la figura de la
monarquía.
En los
próximos días Pichetto recibirá en su despacho oficial del Congreso al doctor
en Historia Edgardo Cardone, estudioso viedmense sobre estos temas, quien le
obsequiará una obra de su autoría sobre esos acuerdos entre el oficialismo y la
oposición, que escribieron un capitulo relevante en la historia de la España
contemporánea. (APP)
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