SIGUE SIENDO LA CORRUPCIÓN EL PEOR ENEMIGO PARA LA LIBERTAD
DE EXPRESIÓN
El periodismo es un oficio al que luego llamaron profesión, aunque
los profesionales no tengan en el país una legislación como tal. Por lo que,
como se decía en las redacciones de antaño,” periodista es cualquiera”.
Con todo, la
profesión en argentina atraviesa un largo conflicto a la hora de definirse como
tal y en relación al trabajo, el título académico tiene una validez laboral inmediata
en los medios nacionales. Y su peor enemigo es la corrupción política.
Los atajos para la profesión fueron los 12 años de un
gobierno peronista que fue a la médula de la necesidad de los trabajadores de
prensa. Los que, como parias deambulaban por la vida, siendo jefes de prensa de
artistas, políticos, candidatos, de bloques partidarios, en sedes de concejos
deliberantes, intendencias, ministerios y otras secretarías del estado porque
no todos tenían destino laboral en las “empresas” de periódicos, editoriales, emisoras Y
televisión (inexistentes en el interior del país como lo son en la Capital Federal).
Muchos de ellos fueron tentados a tener una economía
imposible de ganar con el oficio. Sumas seductoras que el poder político les
ofrecía para desarrollar la nueva actividad de prensa conocida como Periodismo
Militante. Muchos de ellos, sin ideología, pasaron a integrar los paneles más cotizados
del mundo mediático del gobierno kirchnerista.
El sueldo mal habido en empresas de diarios, radios y
televisión fundada por los amigos y agentes del poder, hizo añicos el oficio y
la profesión. Ingresaba a la dimensión del periodismo, la nueva raza la del comunicador
militante.
Atrás quedaban las dignas representaciones semánticas y
literarias de añorados tipos que marcaron el rumbo del verdadero periodismo.
Aquel “periodista” curioso, el lobo solitario de la calle, capaz
de andar metido en el barro de la pobreza, donde sólo una vez llegan los
candidatos en campaña, o metido en ambientes hostiles de la promiscuidad; andariego
e inquieto, obteniendo datos de la realidad concreta, los que no siempre hallarán
el canal interesado que lo habilite para desarrollar la temática.
Hace décadas, para esta fecha, muchos profesionales anhelaron
desde sus prosaicas editoriales inspiradas por las palabras del doctor Mariano Moreno,
los valores de la historia, dignas por cierto, para que salgan a la luz.
Ninguna de esas historias sin embargo, abordó la corrupción con la que debió enfrentarse
el Dr. Moreno, por lo que además, había decidido crear aquel recordado impreso “Gazeta
de Buenos Aires”.
“¡Viva mi patria
aunque yo perezca!’ sentenció Moreno intuyendo la muerte. Murió el 4 de marzo de 1811, al amanecer, a
los veinte y ocho grados y siete minutos sur de la línea, en los 32 años, 6
meses y un día de su edad. Ya no pudo articular más”, cuenta la historia. Lo
habían asesinado.
La corrupción se había instalado desde el Virreinato hasta la
consolidación de Primer Gobierno Patrio. Las luchas intestinas siguieron hasta
nuestro Siglo actual, donde abundaron los enfrentamientos en la búsqueda de la
institucionalidad aun no lograda.
No todos, claro, de la categoría de “próceres” se mezclaron
con personajes que operaron al margen de la ley. El Dr. Mariano Moreno fue uno
de los próceres que hoy los periodistas reconocen como tal.
Muchos años pasaron desde aquel 7 de junio de 1810. Moreno
seguirá siendo la llama del candil que vive en el corazón de cada periodista, de
todo informador, que busca la verdad. Haciendo honor de la tinta para las
noticias del pueblo.
En la vida democrática del país donde el estado estuvo ausente,
se encaramó la corrupción que sedujo a
una buena parte de los representantes del pueblo, funcionarios mal
habidos, que muestran sus dientes a
quienes desempeñan con hidalguía, con honor y valentía el rol del periodista,
que los seguirá denunciando pese a todo.
Siguen siendo los periodistas, actores principales de la
expresión de una buena parte de la sociedad que quieren un país organizado, de
hombres capaces pueden sacar adelante la Argentina para todos los argentinos.
Sólo será posible con la fórmula conjunta de hombres y
mujeres de la política y la dignidad de todos los argentinos. Salir adelante, definitivamente
es una obligación. Como también lo serán los periodistas que velen por la verdad
y la transparencia, mientras exista el complejo mundo de los medios de
comunicación que seguirán existiendo aunque muchos de los cuales, no sean
santos de la patria.
Ángel D. Morales
Periodista - Editor Limite42.com
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