ESTA
TARDE MIENTRAS REALIZABAN LA RECOLECCIÓN DE RESIDUOS. FUE HOSPITALIZADO CON
PROFUNDAS HERIDAS
Una
perra cruza Pitbull le provocó severas heridas a un empleado municipal en la
mano izquierda, en el brazo, en las piernas, en zona del hombro y espaldas,
dijeron esta tarde voceros de la municipalidad. Ocurrió en el barrio Semi
Industrial cuando el trabajador municipal realizaba el servicio de recolección
domiciliaria con sus compañeros, en cercanías de las calles Curruhuinca y Broww,
cercana al río Quemquemtreu. Sus compañeros indicaron que es una perra que “siempre
encerrada pero esta vez se escapó”. Fue trasladado de inmediato al hospital
local donde le realizaron las curaciones pertinentes y horas después de la
atención fue dado de alta. Posteriormente en la Unidad 12ª de policía se realizó
una exposición para la ART y la denuncia contra el dueño del perro. El suceso
pone una vez más el tema de los perros sueltos, de una vieja e irresuelta polémica
¿quién debe hacerse cargo de los perros de la calle?
Los
sucesivos ataques de perros o jaurías de perros que corren y muerden a personas
en bicicleta, motociclistas y transeúntes son una estadística incierta en El
Bolsón. Semanalmente son atendidas personas por heridas de todo tipo y edad. Preocupa
la falta de información oficial sobre el tema ya que, muchas veces, las víctimas
o damnificados no realizan las denuncias. Un mecanismo que pondría en apuros de
dar respuestas a la municipalidad.
Lo
sucedido esta tarde al empleado “Noni” Carrasco, mientras realizaba las tareas
de recolección, no es un hecho aislado: “Todos los días tenemos que lidiar con
los perros. Son un problema” aseguran los trabajadores que se quejaron por la
falta de seguridad en ese sentido.
Los
perros de la calle son una realidad que sigue sumando víctimas al cuadro
inagotable de hechos que se suceden a diario protagonizados por canes que incomodan,
molestan y atacan a la gente.
Nada
indica que en este caso sucedido hoy a la tarde ponga de relieve la
preocupación de la municipalidad.
Hoy,
los empleados del área de Servicio de Recolección que realizaban el recorrido
en la zona sur de la localidad, debieron atender la emergencia y acompañar a su
compañero, que sufrió serías mordeduras de consideración en el cuerpo.
En
El Bolsón el problema subyace de toda la vida y se agravó en los últimos años,
donde el deambular de jaurías de perros son una postal cotidiana en todo el
radio urbano y periférico local.
No
es menos cierto que también, quizás en afán de atenuar las jaurías, hay comerciantes
o vecinos de las inmediaciones céntricas que han adoptado el criterio de “albergar”
con cuchas públicas a los canes callejeros, igual de peligrosos para los transeúntes,
ante la inerte actuación del estado.
Angel Morales
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