EN EL MOTORHOME PRODUCEN CERVEZA ARTESANAL
Los hermanos Martino son mendocinos, vivieron en El Bolsón y
decidieron cumplir su sueño. Compraron un viejo Bedford modelo 64 en Buenos Aires,
lo transformaron en una fábrica de cerveza artesanal, lo hicieron motorhome.
Salieron y llegaron hasta Chetumal en México. Ya tienen sus pasajes para el
Mundial de Rusia 2018.
En Honduras consiguieron los pasajes para viajar al mundial
de fútbol. El próximo objetivo es subir el Motorbar al barco.
Lucas y Fernando Martino son mendocinos, vivieron en El
Bolsón y un día decidieron cumplir un sueño que -consideraron- ya estaba
maduro. Se preguntaron por qué había que ahorrar mucho dinero para conseguir
unas vacaciones y después volver a casa. Ellos querían viajar por tiempo
indeterminado y sabían que debían generar el ingreso económico para pode
concretar el plan. Ahí recordaron que otra de sus pasiones es la producción de
cerveza artesanal. Entonces, crearon el Motorbar.
Lucas y Fernando en Chetumal, México, preparanron la cerveza que llevarían al día siguiente a la Laguna de los
Milagros, a 14 kilómetros. Un lugar de aguas frescas y transparentes que
convoca a familias y amigos.(foto)
Cuando los hermanos Martino decidieron darle forma a su
sueño debieron buscar un motorhome. La opción más conveniente estaba en Buenos
Aires así que tenían todo listo para viajar, pero -como por arte de magia-
apareció un Bedford modelo 64 a 300 metros de la casa que compartían. “Estaba
abandonado, tenía mucho deterioro. Le dedicamos 10 meses de trabajo, 8 horas
diarias. Y lo transformamos en una fábrica de cerveza”, explicó Fernando.
Una vez terminado el trabajo de refacción del motorhome,
emprendieron el viaje . Eso fue hace dos años y dos meses. Lucas contó que
viajan a un promedio de 50 kilómetros por hora. “Cuando es plano, quizá a 60
pero en la zona montañosa de la costa Norte de Brasil, a 25 kilómetros”, contó.
Y en el nutritivo recorrido por países se encontraron con
personas con ganas de ayudar. “E espíritu buena onda”, definió Fernando y
agregó que “las geografías cambian, pero las personas, no. Eso nos pasó a
nosotros, siempre fuimos bienvenidos”. Y Lucas acotó que lo más difícil es
tomar la decisión, “no quedarse toda la vida con la pregunta de qué hubiera
pasado si cumplía mi sueño”. Además, aclaró que el proyecto es completamente
sustentable por la venta de cerveza artesanal. “Todo fluye, no existen los problemas
que la gente se imagina. Te dan un apoyo extra porque están cumpliendo un
sueño”, contó.
La oportunidad de conocer buena parte del continente ya
parece un sueño suficiente. Pero el de los hermanos Martino tenían un anexo,
viajar a Rusia con el Motorbar para el campeonato del mundo. “En Honduras
conocimos a una persona que se mostró interesado en nuestro trabajo con la
cerveza artesanal y nos propuso montar su propia cervecería. Le dijimos que sí
a cambio de que nos ayude con el viaje al mundial. Y aceptó”, relató Fernando
con los pasajes ya en su poder. Ahora el desafío es subir el Motorbar en un
barco para poder vender la cerveza en Rusia. “Eso es muy costoso, por eso
buscamos sponsor”, aclararon.
Lucas y Fernando producen cerveza oscura, rubia, roja y una
IPA. Como van cambiando las regiones también aparecen nuevos insumos. Por lo
tanto, asoman distintas variedades. Ahora hicieron una muy ligera para los
lugares calurosos porque consiguieron trigo malteado.
Los hermanos Martino no se detienen. Y su sueño es como una
usina generadora de más sueños que se reproducen. Cuando finalice el mundial de
fútbol escribirán un libro y contarán la experiencia que empezó hace más de dos
años, cuando a tres cuadras de su casa se cruzaron con un abandonado motorhome
Bedford -modelo 64- con ganas de aventuras.
El Cordillerano
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